La experiencia en distintas
carreras y en distintos entornos hace entender el medio natural como un ser
vivo, lleno de diversidad. Los organizadores de las pruebas de orientación
comparten esta sensibilidad, primando los valores del medio en la organización.
En
ocasiones una prueba de orientación deja la zona de carrera en mejor estado del
que inicialmente se encontraba ya que la organización revisa los recorridos
antes y después de la carrera.
El corredor de orientación:
Un corredor de orientación es
responsable con el uso del bosque, evita dejar huellas a su paso, respeta el
paisaje y la variedad.
El corredor entra en el bosque de
forma solitaria con un solo objetivo, localizar los puntos del recorrido y
completarlos en carrera o andando. El material que lleva es únicamente una
brújula personal y un mapa entregado por la organización y que debe dejar a su
llegada en meta.
Recorrido:
El paso del corredor por el bosque es inapreciable. El
desgaste que se produce es nulo, ya que la carrera es a pie y cada corredor
elige un recorrido distinto.
Material:
(son tres elementos)
- Los acotamientos de zonas, con estacas y cintas que se recogen una vez concluida su función.
- Las balizas, compuestas de una estaca, un prisma de nylon y una pinza marcadora, bien de plástico, bien electrónica. Esta es un elemento de control del paso de los corredores, se instala antes de la prueba y se recoge y almacena una vez concluida esta.
- El agua de provisión, servida en botellines de plástico y que sólo se puede consumir dentro de un pequeño espacio acotado de unos 20 metros cuadrados donde se coge y deja la botella con la intención de que los corredores no se la lleven y la abandonen en cualquier sitio. Al final de la prueba esta es recogida íntegramente.
En definitiva el impacto
ambiental de una carrera de orientación sobre el bosque es muy escaso.




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