La respiración:
En la etapa de adaptación-aprendizaje no es lo mismo el agua en
la cara (que sorprende, agrede, molesta, desequilibria) que la cara en el agua,
ejercicio que contiene un buen nivel de adaptación. Partiendo de esta idea, el
proceso de la respiración en función del nado estaría dado por el logro de los
siguientes niveles de capacidad:
·
3
años:
o La
cara en el agua.
o Pausa
respiratoria durante la inmersión.
o Soplar
la superficie del agua (hacer burbujas).
o Al
emerger, sacar la boca, soplar y aspirar.
·
4
años:
o Soplar
por la boca en la traslación subacuática.
o Durante
el desplazamiento, aumentar la frecuencia de soplar y tomar, con respecto a los
movimientos de brazos.
o Combinar
la habilidad respiratoria con los diferentes movimientos de brazos.
o Combinar
la habilidad respiratoria con todas las actividades: durante la flotación, al
nadar, al saltar al agua y emerger, etc.
·
5
años:
o Iniciar
el rolido de la cabeza (eje longitudinal) y aspirar - soplar buscando la
coordinación del giro de cabeza y el movimiento de brazos durante el nado de
crol global.
Lo habitual en el niño es soplar por la boca en inmersión. Pero
además de poder soplar, es importante que mantenga su habilidad de ojos
abiertos para mirar y orientarse dentro y bajo el agua.


La coordinación:
Inicialmente, la coordinación de piernas, brazos y respiración
no es organizada en cuanto a ritmo y continuidad.
De 3 a 4 años es común ver que el niño mueve las piernas en
forma constante y, con menos continuidad, los brazos. Por lo general, hasta los
detiene para buscar apoyarse y sacar la boca del agua para aspirar.
Su habilidad aumenta llegando a elaborar movimientos continuos
de brazos y piernas con una acción de aspiración cada 3 ó 4 ciclos de brazadas.
Finalizando la etapa de los 5 años llega a concretar
armónicamente su desplazamiento: mueve los brazos y las piernas con continuidad
e incorpora la aspiración-espiración de acuerdo a su capacidad individual.
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